El Comedor 421 hoy recomenzó hoy con su labor solidaria para la gente del Barrio Puerto.
El 22 de abril es una fecha importantísima en el calendario de nuestra Corporación La Matriz. El día después del Domingo de Resurrección, fue el elegido para que nuestro Comedor 421 ubicado en pleno corazón del Barrio Puerto, recomenzara con su gran labor de repartir desayunos a quienes más lo necesitan en los meses más fríos del año.
A las 9:30 de hoy, se abrieron nuevamente las puertas para quienes recibieron una fraterna comida para comenzar el día con toda la fuerza, la buena vibra, el alimento y el cariño que la casita más feliz del corazón fundacional de Valparaíso puede entregar, en un acto que nutre a nuestros comensales, pero también a cada uno de los voluntarios que entregan horas de su día a día para servir a sus hermanos.
Casos como el de Norma Bernales, la «tía Normita«, quien es voluntaria hace 27 años en la casita más feliz del Barrio Puerto y quien nos contó cómo se originó la iniciativa de brindar la primera comida del día a quienes llegan al Comedor 421, en una labor que ella define como «amar, servir y acompañar».
«Nosotros vimos que las mismas personas que vienen a cenar al comedor, estaban en las afueras, durmiendo en los días de frío. Ahí decidimos hace cuatro años a repartir desayunos. Fuimos abriendo el comedor y gracias a Dios, la gente ha respondido y hemos podido recomenzar nuestro ciclo todos los años», manifestó, y agregó que «las personas que nos quieran ayudar pueden acercarse a nosotros. Estamos en la Iglesia y en el 421 siempre, nosotros estamos incentivando a que nuestros hermanos puedan empaparse del don de servir y que vean que esto es recíproco. Muchos vienen acá buscando una mano amiga, un oído, más que cualquier alimento. Es un regalo de amor».
Un sentimiento que comparte la coordinadora del Comedor 421 La Matriz, Judith Salas, quien realizó un llamado para que sean cada vez más los que pongan la mano en el corazón y en sus bolsillos, para colaborar con tiempo y alimentos a una iniciativa que se hace cada vez más emblemática en el Barrio Puerto.
«Todos nuestros voluntarios son los que están siempre con nosotros, vienen de diferentes cerros de Valparaíso. A pesar de que hay invitación para que se sumen cada vez más, sabemos que es difícil levantarse temprano, pero yo creo que es posible tener a más manos ayudando. Hacemos la invitación para que vengan a ayudarnos con lo que quieran, todo el mundo es bienvenido«, señaló la «tía Judith», agregando que «nos organizamos decidiendo esta fecha, y como ya tenemos la experiencia en solicitar colaboraciones a la gente que siempre nos ayuda, lo hicimos así. Ayer se les avisó a la hora de almuerzo. Cuando viene más gente se dobla la cantidad. Empezamos con 50 y luego va a aumentando en el transcurso del invierno. Nuestros comensales ‘se pasan el dato’ y así no se olvidan de venir».